Es imposible vivir sin miedo, porque la incertidumbre de lo que depara el futuro, el temor de no saber lo que hay después de la curva en el camino, es parte de la vida. Y si bien es verdad que cierta dosis de temor es saludable, nuestra vida se arruina cuando el miedo es tan grande que nos paraliza, pues somos incapaces de creerle al Señor y comenzamos a ignorar Sus promesas y a perder Sus bendiciones. Es por esto que debemos siempre recordar que así como el Señor estuvo en nuestro pasado, así está en nuestro presente y estará en nuestro futuro... Él no cambia, descansemos confiando en el Señor porque Él siempre nos respalda.
0 Comments